Durante la mayor parte de la historia humana, los humanos caminamos descalzos y dormimos en el suelo. Nos estábamos conectando directamente a la Tierra casi 24/7 horas al día. Eso es para lo que nuestros cuerpos están diseñados. Nuestro cuerpo sabe exactamente qué hacer con lo que la Tierra nos provee. Cuando nos conectamos a la Tierra la cantidad de los electrones que absorbemos se rige por la cantidad que nuestro cuerpo necesita para equilibrar la carga eléctrica de nuestro cuerpo. Siempre es la cantidad perfecta.
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